Gregorio Hernández, actual director de la división de casinos del Grupo Orenes, cumple 20 años en la empresa.
Reproducimos su texto repasando este tiempo y agradeciendo formar parte de una gran empresa.
«Hoy cumplo 20 años en Grupo Orenes. Dos décadas que no solo representan un recorrido profesional, sino una transformación personal.
Empecé como ayudante de mantenimiento en el Gran Casino Costa Meloneras, gracias a la oportunidad que me dio Fernando Monzón. Allí aprendí el valor de trabajar desde abajo, la importancia del detalle y la humildad operativa.
En mi camino tuve mentores que marcaron mi forma de liderar. Manuel Martín (QEPD) dejó una huella imborrable con su visión y su forma de entender el negocio. Algunas de mis decisiones de hoy nacen de sus enseñanzas.
Quiero agradecer especialmente a dos personas que cambiaron mi trayectoria profesional:
Javier López Cerrón, por ver en mí lo que yo aún no veía, y Pedro Zaplana, mi mentor y sin embargo amigo, por su exigencia honesta, su intuición y su confianza incluso en mis días más difíciles.
Y una mención necesaria a quien trabaja mi perfeccionamiento desde la sombra: Carlos Hinchado, gracias por tu apoyo y por ayudarme a crecer como profesional y como persona.
Hoy, dos décadas después, sigo apostando por un liderazgo transformador, la innovación y la anticipación que exige nuestra industria del entretenimiento. Mi compromiso es seguir impulsando estrategia, equipos fuertes y resultados que marquen diferencia.
Nada de esto tendría sentido sin mi familia: mis padres, mi hermana, mis sobrinos y la familia política que me acogió hace 14 años.
Y, sobre todo, mis tres compañeras de viaje: Carmela, Karlota y Martina. Mi refugio, mi equilibrio y mi mayor motivación. Carmela, gracias por tu apoyo incondicional. Karlota y Martina, por recordarme cada día por qué merece la pena esforzarse. Todo lo logrado «y lo que vendrá» también es gracias a ustedes.
Cierro estos primeros 20 años con gratitud y orgullo, pero con la mirada puesta en el futuro. Lo mejor aún está por escribirse. A por todas…»













